Pretzel de peluche sonriente
Un pretzel que no se come, ¡pero sí se abraza! Suave, original y con patitas blanditas, es el regalo perfecto para sacar sonrisas.
Este pretzel de peluche no tiene sal, pero sí mucha ternura. Con su forma clásica trenzada, una carita bordada encantadora y patitas mullidas, se ha ganado el corazón de grandes y pequeños. Es perfecto como regalo divertido, como detalle decorativo o para formar parte de una colección de peluches de comida que lo petan en cualquier estantería.
Su textura es extremadamente suave, su diseño es tan simpático que provoca abrazarlo sin pensarlo, y ese toque de humor lo convierte en una opción ideal para regalar a alguien especial, decorar un rincón con encanto o simplemente darte un capricho que no engorda.